El cliente recibe las propuestas de logo, y revisa cuál es la opción que prefiere. La decisión debe ser final, para evitar que el trabajo se complique con revisiones de etapas previas cuando ya estemos en lo siguiente.
Una vez decidido el logo ganador, y la gama correcta de color, se define el área de protección, una zona alrededor del logo donde no debe haber ningún elemento ajeno.
Además se definen ciertas restricciones para que en aplicaciones posteriores no se contamine el logo con outlines, adiciones, texturas ó algún objeto ajeno.
Se trabaja también un estudio de proporciones y ángulos, para el caso de que se tenga que reproducir en medios no apoyados por vías digitales.
Este material se le entrega al cliente como PDF y de manera impresa. El manual ayuda a que proveedores posteriores erosionen la presencia del logo.
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