Friday, July 27, 2007

Mención

Pues me avisó mi colega Polo Jasso que unos compañeros de su planta le mencionaron una mención en una revista, referente a mí y después de MUCHO batallar, la encontré:

Es la COMIC ZONE, que a falta de la rotulación de un mes denominativo en la portada, trae el no. 9 (number nine) y en su página 7 contiene la nota de un sr. Juan Solo, quien muy probablemente sea un emprendedor coreliano, y que tuvo a bien calificar mi proyecto con muy selectos adjetivos.

Se agradece la mención pero... ¿Es cierto? ¿Realmente es todo lo que hay? A pesar de lo que el ego opine, no da ninguna alegría el ver publicada en un medio especializado una opinión así, siendo que estamos en un país cuyos habitantes y especialmente sus intelectuales de profesión reiteradamente aseguran tenemos una cultura marcadamente gráfica e ingeniosa.

Discutí en un café (¿en dónde más podría discutirse esto?) con una amiga que también lleva mucho produciendo, y nos llamó la atención que en México existe un escenario

Las casas con producción regular (en método, no en tiempo) no están orientadas a proyectos nuevos: Quienes están produciendo de manera menos inconstante se enfocan en sus proyectos de siempre.

La distribución es posible con los contactos correctos, y en cualquier convención los conectes se hacen, pero los requerimientos fiscales y legales son caros y complicados...como para cualquier otro proyecto de empresa en México (dentro de la ley).

Sí, producir cómic necesita por fuerza ser un proyecto empresarial, si se quiere que sea contínuo, sostenible y de impacto amplio.

El monero por su naturaleza no es un empresario. Y una revista requiere de presupuestos de dinero y de tiempo, de administración de recursos escasos como horas-hombre, herramientas y dinero. Requiere estudiar un retorno esperado de inversión. ¿Cuántas horas llevará esto? ¿A qué costo? ¿Cuántos ejemplares desplazará? ¿Cuál será el costo final de impresión y distribución? ¿Cuál es el costo de los accesorios: Viajes a convenciones, página de Internet, cobranza, envíos...?

Todo eso además de lo que Comic Zone amablemente afirma contiene el MeVengaré: Estilo, dibujo de calidad, humor, edición, contenido, letra, personalidad.

Tenemos que aceptar en en México no moran ni DC, ni Marvel, son sólo turistas. Por lo que sólo hay dos opciones: O crea "alguien" esa casa editora maravillosa... o exportamos.

Porque un cómic no sólo lleva dibujitos, letras, historia, mística y demás... lleva trabajo de ventas. Un medio impreso requiere forzosamente de publicidad para mantenerse si el mercado no se maneja con suscripciones. Requiere definición de alcance, de mercado, de proyecto. Lleva ingredientes que un artista como tal no puede añadirle.

Cuando estos ingredientes no están, el cómic que vemos es sólo un portafolio de habilidades. Nada más. Y eso si es que están presentes.

No podría considerar en esto, por ejemplo, las compilaciones de Polo Jasso. Sus libros son colecciones de material ya pagado y publicado por su casa editorial. Si viviera sólo de los libros... Polo pesaría muchos kilos menos.

El cómic como pieza de arte (¿artesanía?) no es autofinanciable. No es negocio. Y cuando el recurso escaso, la variable crítica es el cash flow, y con éste el pago de deudas y de gasto corriente personal, los moneros no podemos darnos el lujo de hacer monos de vanguardia para el escaso público que no esté en búsqueda de Naruto o de Inuyasha.

Pero no todo está perdido, estimadísimos connoisseurs: Mientras existamos moneros necesitados de refuerzo en nuestros portafolios de trabajo y de un poco más de relleno en nuestros resumeés, alguien allí en tu tienda de cómic favorita seguirá presentándose con el encargado, con la lúgubre frase: "Hola, buenos días, soy 'X', y quiero ver si les interesa distribuir mi cómic. Es mi primer número."

1 comment:

Rafael Nieto said...

por lo mismo que se carece de una infraestructura sólida en lo tangible, tambien falta un criterio bien sentado en la mayoría de las partes involucradas: en este caso sólo se fueron por lo aparente, dando por hecho que un trabajo bien presentado surge por generacón espontánea.

son años de afición, estudio, práctica, experiencia de campo, de experimentar en cabeza ajena (sobre todo) de dominar cada una de las áreas que envuelven un proceso y paciencia, mucha paciencia.

y claro que existen muchos trabajos dignos de mencionarse y que están muy por encima de compararse con los fascímiles gringos, pero mientras todo siga girando alrededor de la capital, pueden pasar años antes de ser notado.